Los dominicanos sufren cada día los embates de un gobierno malo, insensible, corrupto y dilapidador de los recursos del Estado. Las amas de casa sufren día a día el alza de los precios de la canasta familiar, los niños pobres no tienen acceso a la educación, los envejecientes no disfrutan de una pensión digna, nuestros jóvenes se pierden en el mundo de las drogas y mientras todo esto sucede a nuestro alrededor, nos desgobierna la desesperanza, la corrupción y el desaliento. La inseguridad social ha secuestrado a la sociedad dominicana. Pero una luz se ve llegar, un hombre honesto, sano, sincero y emprendedor, se acerca a trabajar por ti, por mi, por cada uno de nosotros, para conducirnos por el sendero de la esperanza, la seguridad, el desarrollo y la honestidad.
domingo, 25 de abril de 2010
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